KANAZAWA

金沢

Viernes, 11 de Octubre de 2013

Kanazawa es una de las ciudades más bellas de la costa del mar interior de Japón. Fue uno de los centros culturales más importantes de Japón durante la era Edo y al no ser uno de los objetivos militares de la Segunda Guerra Mundial se conserva muy bien.

Durante el s.XV, la ciudad quedó bajo el control de un gobierno budista autónomo que fue derrocado en 1583 por Maeda Toshiie, jefe del poderoso clan Maeda. Tres siglos de próspera producción de arroz convirtieron la región de Kaga en la más rica de Japón. La riqueza permitió a la familia Maeda financiar muchos productos culturales y artísticos: lacados, cerámica Ohi, porcelana, teñido de la seda y producción de pan de oro.

Kenrokuen 兼六園

Madrugamos y a las 8 de la mañana ya estábamos paseando por uno de los "Tres jardines más bellos e importantes de Japón" seleccionados por el gobierno japonés. Los otros dos son el Koraku-en en Okayama y el Kairaku-en en Mito.

El nombre del jardín “Kenroku-en” se podría traducir literalmente como “jardín de las 6 características” y se refiere a los 6 aspectos que son considerados importantes a la hora de diseñar un jardín: serenidad/aislamiento, ambiente antiguo/respeto a los antepasados, vistas bellas desde prácticamente cualquier lugar, refrescante (tener flujos de agua), atención a los detalles y amplitud.

En cada estación del año el jardín destaca por algo en particular. En invierno lo que más llama la atención del parque son los arreglos de cuerdas y cañas de bambú llamados yukitsuri que ayudan a las ramas de los árboles a no sufrir y mantener la misma silueta cuando nieva. En primavera por el esplendor de la floración del sakura. En verano por las flores y el cantar de las cigarras. Y en otoño por las tonalidades rojizas de los arces del parque.

Originariamente Kenroku-en conformaba la parte exterior del Castillo de Kanazawa, pero desde el s.XVII se fue ampliando hasta que se terminó a principios del s.XIX. El jardín se abrió al público en 1871.

Paseamos por el Kenroku-en durante un buen rato, disfrutando de la paz y tranquilidad que había a esas horas de la mañana. La verdad es que el jardín es una obra de arte viva, todo está cuidado y parece estar pensado hasta el mínimo detalle. Tuvimos la suerte de ver algún árbol iniciando el cambio de color de sus hojas, lo que se conoce en Japón como 紅葉 - Koyo o Momiji - que se refiere al cambio de color de las hojas de los árboles en otoño. Es precioso ver los paisajes con los distintos cambios de color en los árboles, a mí personalmente es la época del año que más me gusta para viajar a Japón, reconozco que los cerezos en flor (sakura) en primavera son increíbles pero me quedo sin duda con las tonalidades verdes/rojizas/amarillas que da el Koyo.

Higashi Chayamachi

Al salir del Kenroku-en decidimos hacer una última visita al distrito de las geishas, que la noche anterior nos dejó encantados y con muchas ganas de verlo a plena luz del día. Decir que tuvimos suerte con la visita es poco, nada más llegar nos encontramos con una pareja de novios haciendo la sesión de fotos de boda, ¡precioso! Me encanta el traje tradicional de novio japonés (montsuki), y es que el hakama es una prenda que me encanta, tanto en hombres como en mujeres.

Paseamos por las callejuelas de Higashi Kuruwa y visitamos una antigua ohaya: Shima.

Ochaya significa literalmente casa de té pero era el lugar donde los clientes iban a disfrutar del entretenimiento que ofrecían las geishas mientras ellos bebían sake. La ochaya que visitamos, Shima, se construyó hace 182 años y a excepción de la electricidad y los lavabos modernos, el resto sigue prácticamente como antaño. En una ochaya la sala de invitados (zashiki) estaba siempre situada al lado de una sala de espera (hikae-no-ma) donde las geishas, una vez listas, cantarían y bailarían para entretener a los clientes. En aquella época, como norma, sólo los patrones ricos eran los que podían acceder a las ochayas.

La visita fue estupenda, se pueden visitar todas las salas y ver los intrumentos que utilizaban las geishas para tocar. También hay una colección de peines y agujas shamisen. Nos encontramos con un hombre mayor japonés, que intentó explicarnos de qué estaban hechos aquellos peines y su único inglés consistía en "taaa-tta-ro", "taaa-tta-ro"... hasta que entendimos que se refería a concha de tortuga, ¡no os podéis imaginar cuánto rato intentamos hablar con él! ^^ (Tortuga, en inglés: turtle).

Por último, entramos en una tienda donde se podían comprar recuerdos dorados de pan de oro. Desde joyas y cerámica hasta botellas de agua con pequeños trozos de pan de oro dentro.

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