Viernes, 11 de Septiembre de 2015
Nos despertamos y el ver que no llovía e incluso salía el sol decidimos que aprovecharíamos el día para pasear y ver el máximo de la ciudad posible.
El Castillo de Edimburgo
Evidentemente, la primera parada y visita obligatoria era el Castillo de Edimburgo.
El castillo se alza sobre la colina de Castle Hill y gracias a su elevada situación las vistas desde el mismo son impresionantes. Al llegar a la entrada vimos que en la esplanada de entrada al castillo estaban desmontando unas gradas para el desfile militar anual (The Royal Edinburgh Military Tattoo) que había tenido lugar la semana anterior. Cruzamos la esplanada, pasamos la primera puerta y una vez dentro de la muralla, compramos las entradas (£16.50 por persona) y nos adentramos hacia el portculis de entrada al castillo.
El lugar donde se alza el castillo se conoce como Castle Rock y se trata de un cuello o tapón volcánico. Se estima que la primera ocupación humana sobre la roca data de la Edad de Piedra y que ha habido un castillo real sobre ella desde el reinado de David I, en el siglo XII. Así pues, el actual castillo de Edimburgo se puede decir que tiene edificios que datan de entre el siglo XII hasta el siglo XXI y que hoy en día, aún sigue en uso.
Recorrimos todo el castillo, visitamos el museo de guerra, las prisiones, nos quedamos maravillados con las vistas a la ciudad, entramos a la pequeña capilla St Margaret's Chapel que data del siglo XII y que es el edificio más antiguo del castillo y de Edimburgo, y admiramos de cerca el enorme cañón Mons Meg, que data del siglo XV.
Seguimos subiendo y por fin llegamos al punto más alto, una plaza donde se encuentran varios edificios: el memorial de guerra "Scottish National War Memorial", el Great Hall - el gran salón del castillo donde hay expuestas numerosas armas en las paredes y donde Marta tuvo el honor de poder sostener una enorme espada, cual Hielo de la Casa Stark - y por último una torre donde se encuentran las joyas de la corona escocesa conocidas como "Honours of Scotland": la corona, el cetro y la espada de estado. Junto a las joyas se encuentra también una gran piedra conocida como "Stone of Scone" o "Stone of Destiny", la piedra del destino. Sobre esta piedra es donde se coronaba a los reyes escoceses y fue robada por el rey Eduardo I de Inglaterra en 1296. La piedra permaneció en Londres durante 700 años y su último uso fue durante la coronación de la actual reina, Isabel II, en 1953. Fue en 1996 cuando el gobierno británico decidió devolver la piedra a Escocia para que permaneciera ahí a menos que se necesite para alguna coronación.
Al acabar la visita y antes de salir del castillo, entramos a una tienda de whisky y como no somos aficionados a la típica bebida escocesa, nos acabamos comprando un vaso de pinta de cerveza de recuerdo.
Royal Mile
La calle conocida como La Milla Real (The Royal Mile) es la más antigua de la ciudad y está formada por varias calles que enlazadas, conectan el castillo con el palacio de Holyroodhouse.
Como su nombre indica, la longitud total de la Royal Mile es de una milla escocesa (equivalente a 1.81 km) y las calles (o secciones) que la forman son Castlehill, Lawnmarket, High Street, Canongate y Abbey Strand.
Al salir del castillo te encuentras con el primer tramo de la Royal Mile llamado Castlehill. Es una calle peatonal de adoquines que cuenta con una pendiente importante... de hecho, si se recorre la Royal Mile empezando por el castillo es un paseo de bajada muy agradable.
Cuándo llegas a High Street la calle se hace más ancha y te encuentras rodeado de tiendas de souvenirs y productos locales (aka whisky) y sitios donde comer y tomar algo. Nosotros optamos por comer en un restaurante monísimo en Victoria Street llamado Howies, y ¡quedamos encantados! De primero compartimos unos calamares rebozados con salsa de soja, de segundo optamos por el salmón con patatas al horno y el pescado del día (coley, en inglés) con rissotto de espárragos y parmesano. Por último, de postre compartimos en banoffee de la casa, una tarta típica inglesa de plátano, crema y toffee. Al acabar de comer fuimos a comprar un cappuccino para llevar en un Café Nero y pusimo rumbo a Calton Hill.
Paseamos hasta el final de High Street y ahí cogimos una de las calles que bajan hacia el casco nuevo de la ciudad (New Town). De hecho, el centro de Edimburgo se puede entender que está a "dos niveles": encima de la colina donde se encuentra el castillo y la Royal Mile, la calle que baja hasta el Palacio de Holyrood. Y en el nivel inferior, en el valle, se encuentran los jardines de Princess Street y la estación principal, y al cruzarlos entras en el New Town, la zona nueva. Una vez ahí vuelven a haber subidas y bajadas pero eso ya es otro tema... ¡la ciudad entera está construida sobre miles de colinas!
Bajamos hasta los jardines y entramos al pequeño centro comercial que hay junto a la estación, y para mi sorpresa encontramos una tienda de manga y merchansiding, evidentemente entramos y a los 20 minutos Pedro me tuvo que sacar a rastras...! ^^
Cogimos Princess Street y andamos hasta llegar al pie de la colina Calton Hill. Escaleras de subida y por fin llegamos a lo alto para observar la ciudad desde otro punto de vista.
Calton Hill
Esta colina queda situada al este de la ciudad nueva de Edimburgo y las vistas desde su cima son preciosas.
Calton Hill no es sólo famosa por sus vistas, sino por sus monumentos. El más grande y conocido es el National Monument, una ambiciosa construcción que se inició en 1822 para conmemorar a los escoceses caídos durante las Guerras Napoleónicas. El objetivo era replicar el Partenón de Atenas pero la construcción se quedó sin fondos cuando apenas se habían construído 12 columnas, y por ello se ganó el apodo de "la desgracia o deshonra de Edimburgo".
Otros monumentos que se encuentran en lo alto de la colina son el Nelson Monument, una torre en forma de telescopio alzada en honor al vicealmirante Nelson para conmemorar la victoria en la batalla de Trafalgar, y el Dugald Stewart Monument, un monumento al filósofo escocés Dugald Stewart, que se modeló en 1831 a partir del monumento de la Linterna de Lisícrates, en Atenas.
New Town
Eran ya las 17h de la tarde cuando decidimos poner rumbo a nuestro apartamento para descansar un rato antes de salir a tomar algo y cenar.
Nuestro apartamento estaba situado en el West End, y si antes habíamos dado el paseo por el castillo y el casco antiguo (Old Town), de vuelta optamos por pasear por la parte nueva (New Town). La calle principal de la New Town es Pricess Street, una calle de tiendas por un lado y que da a los jardines por el otro, es una calle muy amplia y agradable pero al estar tan llena de tiendas estaba llenísimo de gente, así que optamos por subir hasta Rose Street, la calle paralela a Pricess Street, que es más pequeñita, peatonal y llena de pubs.
Llegamos al apartamento, descansamos un rato y decidimos qué y dónde nos apetece ir a cenar y ponemos rumbo de vuelta al centro.
Red Squirrel
Para cenar optamos por probar una sitio que nos quedaba cerca del apartamento, pero antes fuimos a tomar algo a uno de los muchos pubs que hay por Rose Street y probamos una cerveza local de trigo que estaba buenísima.
Red Squirrel es el nombre de la cervecería/hamburguesería donde cenamos. Habíamos leído opiniones por internet y lo ponían muy bien, así que como buenos "beer and burger fans" no podíamos dejar de probarlo.